viernes, 21 de agosto de 2015

Análisis de la metamorfósis


3ro de Humanidades y Ciencias Sociales y Bienes y Servicios

Acá les dejo un análisis parcial, pero no por ello menos completo, al contrario lo suficientemente profundo como para encontrar los tópicos a través de los cuales ustedes (que han leído la novela) podrán desarrollar su monografía
 


ARGUMENTO

            Gregorio Samsa, un corredor de comercio que desea abandonar su profesión por no encontrar en ella posibilidad alguna de vida creativa, se ve convertido una mañana al despertarse en un insecto. No puede en adelante hacer su vida normal, e intenta adaptarse en alguna medida a las condiciones de su nueva situaición, de la que es plenamente consciente. En principio, sus familiares toleran su presencia e incluso lo tratan con cierta afabilidad porque tras su figura monstruosa siguen viendo la realidad personal de Gregorio. En el momento en que se deciden todos, incluso la hermana, a tratarlo como un «bicho», pierde la escasa movilidad que poseía, y fallece. La familia vuelve entonces a mirar al futuro, y sale a dar un breve paseo en tranvía un día de sol.

TEMA

            Esta obra nos pone ante los ojos de forma sobrecogedora la necesidad de fundar con quienes nos rodean, sobre todo en la familia, relaciones personales que nos permitan desarrollarnos normalmente y ganar autoestima. Así se evita que alguien, por no poder crear un tejido de relaciones auténticas, bloquee su desarrollo personal y se vea envilecido hasta considerarse como un vil insecto.

            Una persona es, como subrayó el gran filósofo Manuel Kant en su día, un fin en sí misma, no un medio para el logro de ciertos fines. Gregorio Samsa no fue nunca maltratado, vejado, humillado, pero él se vio reducido a mero medio para el sostenimiento económico de la familia, y necesitó para cumplir esa función someterse a un modo de vida mecánico, poco creativo. Su vida le parecía una rueda dentada que gira sin sentido. Esa falta de sentido auténticamente personal queda expresada literariamente en la falta de posibilidades que implica la reducción a insecto. El protagonista desaparece de la escena cuando se rompe el débil hilo que lo unía al mundo de la creatividad -el afecto hacia su hermana y la voluntad de ayudarla.

CONTEXTUALIZACIÓN

            La obra comienza con el fenómeno de la «metamorfosis», la transformación del protagonista Gregorio Samsa en insecto. Kafka, hábilmente, nos ofrece datos suficientes para que descubramos la causa que provocó tal fenómeno, mejor dicho: la serie de acontecimientos que adquieren cuerpo expresivo en tal fenómeno.

Sabemos, por la biografía de Kafka, que éste vivió el período de la infancia en una gran soledad, experimentó el distanciamiento espiritual de sus tres hermanas, excepto -durante su enfermedad- la hermana menor, y consideró su empleo en una casa de seguros como una rémora constante e insufrible para su actividad creativa de hombre de letras. Este desajuste entre la sordidez de la vida cotidiana y su vocación profunda despertó en su interior un sentimiento de desesperación, alumbró en su mente la idea del suicidio y lo llevó paulatinamente a la enfermedad y la muerte prematura 2. Estos datos nos permiten rehacer con fidelidad y hondura las experiencias básicas de la vida de Gregorio Samsa en el período anterior a su «animalización».

VALORACIÓN DE LA OBRA

            La transformación de Gregorio en insecto no es realista sino simbólica, pero no por ello es menos real en el plano del juego y de los ámbitos. Kafka quiere poner ante los ojos del lector de modo plástico, impresionantemente visible, una situación que a muchas personas pasa inadvertida: la reducción de un ser humano a medio para un fin, mera máquina de ganar el dinero necesario para salvar una situación apurada. El relato nos transmite vivamente en todo su horror, a través de su encarnación en una imagen, una situación humana que se da realmente con frecuencia, pero apenas se advierte cuando se vive de modo objetivista, atenido más bien a las apariencias externas.

            Al leer la obra, aparece con toda su crudeza lo que sucede veladamente en la vida humana. Ésta es la espléndida posibilidad de las imágenes: hacer entrar por los ojos los acontecimientos "inobjetivos" que se evaden a la mirada de las gentes poco avezadas a la contemplación de los sucesos creadores. Gregorio Samsa, el sumiso y pasivo corredor de comercio, se veía ya a sí mismo como un infrahombre, un ser poco cualificado, un vil insecto. Esta autodescalificación era un suceso real, real en cuanto al juego que quería haber hecho en su vida cotidiana. Por eso necesita ser expresado a través de una imagen, que -a diferencia de la mera figura- presenta dos vertientes: la sensible y la suprasensible, la objetivista y la lúdica.

            En las décadas posteriores a la primera guerra mundial muchos europeos sintieron una difusa añoranza por el mundo infracreador, que era visto a menudo como una tierra de promisión. En La metamorfosis, tal descenso significa más bien la destrucción total de las posibilidades de realización humana.

            Todos los pormenores que destaca la obra son de carácter lúdico-ambital. Gregorio fue siempre un hombre encerrado: encerrado en la tupida red de un puesto de trabajo sórdido y atenazante; recluido voluntariamente en un hogar constituido por personas mayores, fracasadas y enfermas (79, 86) y una niña un tanto comodona cuya actividad creativa se polarizaba exclusivamente en torno a la música (55, 76). Precisamente, en esta dirección se orienta la única iniciativa que     tuvo Gregorio respecto al futuro: pagarle a su hermana los estudios del Conservatorio. Es sintomático que Gregorio, en su extrema postración, sólo parece elevar un tanto su ánimo al oír a su hermana tocar el violín, y ello no tanto por lo que tal actividad pudiera implicar de creatividad musical -para la que Gregorio carecía de sensibilidad-, cuanto por la posibilidad de ayuda que la condición artística de su hermana le abría a él en el futuro. De ahí su deseo de llevarla a su habitación y establecer con ella una relación estable de encuentro.

«Le parecía como si se abriese ante él el camino que había de conducirle hasta un alimento desconocido y ardientemente añorado. Estaba decidido a llegar hasta la hermana, tirarle de la falda y sugerirle así que viniese a su cuarto con el violín, porque nadie premiaba aquí su interpretación cual él quería hacerlo. No la dejaría salir de su cuarto, al menos en cuanto él viviese» (93, 92).

            Al verse reducido a insecto es decir, al sentirse falto de posibilidades creadoras, Gregorio confía en que, uniendo su fuerza de voluntad a los ánimos que le infundan sus familiares, podrá salir adelante.

«... Todos, incluso el padre y la madre, debían haberle gritado: ¡Ánimo, Gregorio! (...). Siempre adelante. ¡Duro con la cerradura!» (30, 65)

            Pero sus familiares, tras el primer momento de desconcierto, optan por esconderlo, resignados a su suerte adversa; dan la situación por irreversible y retiran de la habitación los muebles para que Gregorio pueda moverse con más facilidad dentro de las posibilidades que le abre su condición actual; es decir, lo «desambitalizan» como hombre, a pesar de que su madre intuye con finura que, al dejar la habitación convertida en un desierto, vienen a indicar que renuncian a toda esperanza de mejoría por parte de Gregorio y lo abandonan a su suerte (62-63, 80).

            De aquí arranca el tragicismo de toda la obra. Gregorio Samsa sigue pensando y sintiendo como hombre (47ss, 73ss), capta con lucidez cuanto dicen y hacen los demás, pero no logra darse a entender (49,73), posee una interioridad de ser humano y una apariencia de insecto, no de animal temible -poderoso león, taimada serpiente...-, sino de bicho repugnante e indefenso. Al quedar privado de su entorno confiado de hombre, Gregorio se siente incomunicado, extraño en el mundo, y olvida paulatinamente su pasada condición humana (63, 80). Debido a algo que se halla fuera de su control -la figura que ofrece a los demás-, Gregorio se ve forzado a alterar radicalmente su sistema de juego, de relación activa con el entorno, y hace con ello del todo imposible una relación de encuentro con sus familiares (71, 83). Se convierte en objeto, objeto de preocupación (24, 62) o de simple curiosidad (85, 89), tema de conversación (49, 74), motivo de diversión (94, 92), insecto repulsivo e inquietante (68, 82), trasto inútil (110, 99), estorbo para la existencia (97, 94). Sólo le queda la esperanza de su hermana, la única persona con futuro que hay en la casa 3

            El padre, tras el fracaso económico, había echado el peso del sostenimiento de la casa sobre los hombros de Gregorio, y éste, después de su metamorfosis, pudo enterarse de que le había ocultado que la situación económica de la familia no era tan mala como se decía y las deudas pudieran haberse saldado antes. Por otra parte, ni el padre ni la madre veían con buenos ojos el único proyecto de carácter creativo que había osado abrigar Gregorio: sufragar a su hermana los gastos del Conservatorio. De sus padres, viejos, fatigados y nada emprendedores, no podía esperar Gregorio posibilidad alguna de vida creativa. Al comprobar que también la hermana ha roto definitivamente su ámbito de fraternidad con él, entra en un estado de asfixia lúdica y pierde del todo su condición humana, desapareciendo con ello de la obra.

            Esta segunda parte de la metamorfosis, la espiritual, la que afecta a la condición personal de Gregorio, es la más dolorosa, la definitiva, la estación término de una vida envilecida progresivamente por la sordidez de las circunstancias.

            El carácter abrumadoramente trágico de este relato radica en la vinculación en una misma persona de una extrema degradación y de la lucidez suficiente para hacerse cargo de la misma. Si sólo existe una gran desgracia, no hay tragicismo. Este surge cuando alguien muy afectado por ella se hace cargo de la situación. Situaciones trágicas provocadas por una falta absoluta de posibilidades de libre juego creador se dan realmente en numerosas ocasiones. Pese a su apariencia fantástica, La metamorfosis no es un mero relato de ficción, sino la plasmación literaria de una red de ámbitos que el hombre necesita para desarrollarse como tal y que un destino adverso va anulando paulatinamente. Esta anulación implica el derrumbamiento de la personalidad humana. Derrumbamiento se dice en griego «katastrophé», y ésta, la catástrofe, marca la culminación de la tragedia.

CITAS

1 Cf. Die Verwandlung, en Sämtliche Erzählungen, Fischer, Frankfurt 1970. La primera edición data de 1915. Versión castellana: La metamorfosis, Alianza Editorial, Madrid 1966. Citaré, en el texto, ambas ediciones; en primer lugar la castellana y en segundo la alemana. Las citas han sido traducidas por mí directamente del original alemán.

2 Cf. Max Brod, Kafka, Alianza Editorial, Madrid 1974.

3. Nótese que en toda la obra sólo dos personas aparecen dotadas de nombre propio: el protagonista, Gregorio, y su hermana, Grete.

 

PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

  1. ¿Qué papel juegan en la «metamorfosis» de Gregorio Samsa la familia a la que pertenece y la empresa en la que trabaja?
  2. ¿Qué sentido entraña el hecho de que el protagonista tenga apariencia de insecto pero siga pensando, queriendo y sintiendo como una persona? ¿Se trata de una transformación corpórea o espiritual?
  3. ¿Qué es más doloroso para el protagonista ya metamorfoseado: que la hermana le llame por su nombre propio, Gregorio, o que le diga a sus padres que no es una persona, sino un bicho?
  4. ¿Se trata de un relato trágico o sólo dramático? Es trágico para el hombre un proceso destructor cuando está impulsado por fuerzas que superan su capacidad de reacción y de resistencia. Se considera dramático si el conflicto inicial ha sido desencadenado por el hombre y puede ser solucionado por él mismo.
  5. ¿Estamos ante una obra realista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario